El sistema eléctrico de Colombia: ejemplo de resiliencia y desarrollo

Colombia ha emergido como un modelo de referencia en América Latina en lo que respecta a la robustez de su sistema eléctrico. Este logro, alcanzado en los últimos 30 años, ha sido posible gracias a una combinación de inversiones estratégicas, políticas públicas efectivas y una infraestructura moderna y diversificada. En este artículo, exploraremos las razones detrás del éxito del sistema eléctrico colombiano, destacando ejemplos específicos y cifras que respaldan su fortaleza y resiliencia.

Diversificación de Fuentes Energéticas

Una de las piedras angulares del sistema eléctrico colombiano es la diversificación de fuentes energéticas. Colombia ha invertido significativamente en el desarrollo de una cartera energética equilibrada que incluye hidroeléctricas, termoeléctricas, energía eólica y solar. Esta diversificación garantiza una mayor estabilidad y confiabilidad en la generación de energía, mitigando los riesgos asociados con la dependencia de una sola fuente.

  • Hidroeléctricas:Colombia cuenta con un abundante potencial hidroeléctrico, aprovechado a través de proyectos como las grandes centrales hidroeléctricas de Guatapé, Guavio, Ituango y Chivor. Estas instalaciones proporcionan una fuente confiable de energía limpia y renovable. Con el 70% de su electricidad suministrada por energía hidroeléctrica, Colombia se encuentra en una posición envidiable para aprovechar esta abundante fuente de energía verde.
  • Termoeléctricas:Además de la energía hidroeléctrica, Colombia ha desarrollado una importante capacidad de respaldo en generación termoeléctrica. Las plantas de gas natural, como Termocartagena, desempeñan un papel crucial en la estabilización del sistema eléctrico, especialmente durante periodos de sequía. El parque térmico en el país representa xxxx% de la capacidad de generación.
  • Energía Eólica y Solar:A medida que la tecnología ha avanzado, Colombia ha comenzado a aprovechar su potencial en energía eólica y solar. Proyectos como el parque eólico Guajira I (Guajira), el parque solar El Paso (Cesar) y el Parque Solar San Fernando (Meta) están contribuyendo a diversificar aún más la matriz energética del país. A junio de 2024, estas fuentes de energía no convencional representan cerca de 3% de la demanda energética nacional.

Infraestructura moderna y resiliente

La infraestructura de transmisión y distribución en Colombia se destaca por su modernidad y resiliencia. La red eléctrica nacional cuenta con tecnología de vanguardia y protocolos de seguridad robustos para garantizar la entrega eficiente de energía a todo el país. Además, durante los últimos 30 años, las empresas del sector han realizado importantes inversiones, que superan los $5 mil millones de dólares; todo esto para continuar contando con un sistema de vanguardia.

Además, La modernización continua de la infraestructura eléctrica, incluida la implementación de tecnologías inteligentes de medición y monitoreo, ha mejorado la eficiencia operativa y la capacidad de respuesta del sistema ante eventos imprevistos.

Interconexión Regional

Colombia ha fortalecido sus lazos con países vecinos a través de proyectos de interconexión eléctrica, como el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC). Esta interconexión regional no solo promueve la cooperación energética, sino que también proporciona una red de respaldo en caso de emergencias.

Resiliencia ante desafíos externos

El sistema eléctrico colombiano ha demostrado su resiliencia frente a una serie de desafíos externos, incluidos fenómenos climáticos y fluctuaciones en los precios de los combustibles. Durante la sequía registrada en 2019, por ejemplo, Colombia pudo mantener un suministro eléctrico estable gracias a la combinación de su diversificación energética y la gestión eficaz de la demanda.

  • Gestión de la Demanda:Programas de gestión de la demanda, como el Uso Racional de Energía -URE- y la promoción de la eficiencia energética, han contribuido a optimizar el consumo eléctrico y reducir la presión sobre el sistema durante periodos críticos.
  • Adaptación al Cambio Climático:Colombia ha incorporado consideraciones de cambio climático en la planificación y gestión de su sistema eléctrico, preparándose para enfrentar posibles impactos futuros, como el aumento de la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos.
    Y es que durante el último evento de El Niño, 2023-2024, Colombia experimentó una de las sequías más severas en décadas. Esta sequía afectó la capacidad de generación hidroeléctrica del país, que normalmente constituye alrededor del 60-70% de su matriz energética. Como resultado, Colombia tuvo que recurrir a fuentes alternativas de generación, como las plantas termoeléctricas, para satisfacer la demanda energética.
    Según datos de XM, administrador de mercado eléctrico, el nivel de los embalses en algunas regiones de Colombia durante el periodo de El Niño de 2023-2024 cayó hasta un 50% por debajo de su capacidad normal. Esta disminución en los niveles de agua afectó la generación hidroeléctrica y resaltó la importancia de diversificar la matriz energética del país.

En respuesta a estos desafíos, Colombia ha implementado medidas de adaptación, como la promoción de la eficiencia energética, la expansión de la capacidad de generación y el fomento de la inversión en energías renovables no convencionales, como la solar y la eólica. Estas acciones buscan reducir la vulnerabilidad del sistema eléctrico colombiano ante futuros eventos de El Niño, y garantizar un suministro energético confiable, incluso en condiciones climáticas extremas.

Perspectivas de Futuro

Colombia se encuentra en una posición favorable para fortalecer aún más su sistema eléctrico. Una de las principales áreas de enfoque es la expansión de proyectos de generación de energía. Esto implica impulsar el desarrollo de nuevos proyectos de generación, continuar diversificando la matriz energética y fomentar la inversión en fuentes de energía sostenibles, como la energía solar, eólica e hidráulica.

Además, también debe considerarse una expansión en los proyectos de transmisión de energía, necesarios para suplir la demanda creciente, especialmente en la zona norte y centro del país. Igualmente, se requiere avanzar en la promoción del gas doméstico y una regulación efectiva del mercado.

  • El papel del gas: La promoción del gas doméstico también emerge como una oportunidad clave para el desarrollo del sector energético en Colombia. El gas natural, debido a su disponibilidad y bajo impacto ambiental, puede desempeñar un papel significativo en la transición hacia una energía más limpia y accesible. La expansión de la infraestructura de gasoductos y la implementación de políticas que faciliten su uso en el ámbito doméstico pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de los colombianos y a reducir la dependencia de fuentes de energía más contaminantes.
  • Marco regulatorio: En cuanto a la regulación, la Comisión de Regulación de Energía y Gas -CREG- juega un papel crucial en garantizar el funcionamiento eficiente y equitativo del mercado energético. La continuidad de su labor, en coordinación con los actores del sector público y privado, es fundamental para mantener la estabilidad y la transparencia en el mercado energético colombiano. Sin embargo, es importante que estas regulaciones sean flexibles y adaptables a medida que evolucionan las condiciones del mercado y las necesidades energéticas del país.

El sistema eléctrico robusto de Colombia es el resultado de décadas de inversión, planificación estratégica y colaboración entre el sector público y privado. A través de una combinación de diversificación energética, infraestructura moderna y resiliencia ante desafíos externos, Colombia ha establecido un estándar ejemplar en la región.